La Fuente de la Justa Fortuna
Existe un jardín encantado, cerrado y protegido por "magia poderosa". Una vez al año, un "desafortunado" tiene la oportunidad de entrar y bañarse en la Fuente para conseguir "la justa fortuna para siempre".
Conscientes de lo mucho que puede ayudarles, gente desgraciada (con y sin poderes) se agolpa a los alrededores del jardín en el día más largo del año. Tres brujas se conocen y se cuentan sus lamentables historias. La primera, Asha, tiene "una enfermedad que ningún Sanador puede curar". Confía en que la Fuente pueda devolverle la salud.
La segunda es Altheda, quien fue saqueada y humillada por un hechicero. Espera de la Fuente que le quite sus sentimientos de impotencia y la pobreza.
La tercera bruja es Amata, que fue abandonada por su amado y desea que la Fuente le cure su "dolor y soledad". ¿Quién de las tres debe ganar? Lejos de querer competir, las tres deciden unir sus esfuerzos para entrar todas al jardín y bañarse en la Fuente. Entonces, unas enredaderas emergen del jardín y cubren a Asha, la primera bruja. Ella agarra a Altheda, quien también se sujeta a Amata. Pero Amata abraza la armadura de un caballero, y los cuatro entran al jardín.
Como sólo uno de ellos podrá bañarse en la Fuente, las dos primeras brujas reprochan a Amata el haber incluido un cuarto competidor, el caballero. Él es un muggle (los cuentos no usan esta palabra, pero se dice que no tiene magia) y se hace llamar Sir Sinsuerte. Cuando decide abandonar el jardín, Amata le pide que se quede y se sume al grupo.
En el camino hasta la Fuente se enfrentan a tres retos: el primero es un monstruoso gusano blanco, hinchado y ciego. Les exige una "prueba de su dolor". Después de intentar atacarlo con magia inutilmente, las lágrimas de frustración de Asha finalmente satisfacen a la criatura, y los cuatro pueden seguir con su camino.
A continuación se topan con una inclinada ladera que les exige pagar el "fruto de sus labores". Después de emplear horas y horas intentando escalarla, los ánimos de Altheda a sus amigos (precisamente el sudor de su frente) les permite seguir el paso. Finalmente, se encuentran con un riachuelo para el que necesitan "el tesoro de su pasado". Es inútil intentar flotar o nadar a través, hasta que Amata usa su varita para extraer los recuerdos del amor que le abandonó y los arroja al agua (¡como con el Pensadero, exacto!). Unas piedras para pasar emergen del río y los cuatro pueden cruzar hasta la Fuente, donde deben decidir quién se bañará.
Asha se viene abajo, dolida por su enfermedad. Está cerca de la muerte. Está tan mal que no puede ni llegar a la Fuente, y pide a sus tres amigos que vayan sin ella. Altheda hace rápidamente una poción para revivirla, curándola de su enfermedad de inmediato, por lo que ya no necesita bañarse en la Fuente.
Al curar a Asha, Altheda descubre sus habilidades para la curación y que puede ganar dinero curando a otros, por lo que ya no necesita la Fuente. La tercera, Amata, después de arrojar sus malos recuerdos al río ya no siente nada por su antiguo amor y le ofrece a Sir Sinsuerte la Fuente como recompensa por su valentía. El caballero se sorprende de su propia suerte y se mete en la Fuente con su armadura oxidada. Se arrodilla ante Amata y le pide su mano y corazón.
Cada bruja ha cumplido su sueño. La primera bruja ha curado su enfermedad. La segunda, ha encontrado la forma de resolver su pobreza. Amata por fin encuentra un hombre suficientemente bueno para ella, el caballero. Todos están felices.
Lo que los cuatro no saben es que la Fuente no tenía ningún poder. Fueron ellos mismos quienes lograron curarse y salvarse. En eso consiste la Fuente de la Justa Fortuna.
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